la cueva eléctrica: La Marca de los Imperios

la cueva eléctrica

Llegaste? Escucha la trama salvaje y civilizada de nuestra ciudad-teclado. La cueva eléctrica...

sábado, junio 16, 2007

La Marca de los Imperios

La marca de los imperios, el antagonismo entre este mundo real que sufrió Buda, carne, hueso y sufrimiento, y eso otro espiritual, creo, el del sueño, se planta delante mío. Atrás va quedando una estela desdibujada, de humo, de ectoplasma, de baba pegajosa, luces de la conciencia que se encienden y apagan, algo que entra molesto, en los oídos primero y luego en los ojos que están lagañosos y que tardan un poco más, avergonzados, la modorra que va y viene, y al final se queda, dios mio siempre se queda .
Ahí precisamente ahí, en el justo centro de esa marca , mi pequeño nokia, chillando y pitando como en un carnaval, me reclama de vuelta, me pone acá, me hace despertar, con violencia, y siento que este telefonito no es mío, que es de alguien más, no importa cúantas veces escoja el menú personalizar.
La pantalla me dice que tengo mensaje, presiono azul, buzón de entrada, abriendo, sale un nombre, Bolton.
Quién Bolton, pregunto, sin decir nada, solo pico abrir mensaje, como cuando niño que abres tu caja del regalo y rompes la envoltura sin pensar, metido en eso de la sorpresa. Quién Bolton, y el neocortex se sirve y resuelve complicadas ramas de árboles lógicos y otros no tanto, pero es otra cosa, la pantalla verde se apaga y me llevo en un golpe de vista el recado que él me puso desde su móvil en otro sitio, segundos atrás…
Y lulio? aquí estoy quieres caer?
Aquí interpreto: Y Lulio? ( por qué demonios no aparece tu jeta en este sitio, papá? ) Aquí estoy ( ya llegué y la paso bomba con mi carnal el barbas) Quieres caer? ( Oye bato, te espero si te late)
Y hago el calculo rápido de que en diez minutos-tiempo-modorra perfectamente se puede llegar a lo de Lulio, ya que entre mi cama y las mesas hay solo 8 cuadras, y una velocidad razonable es la que se establece a razón de una cuadra sobre minuto que son ocho y me quedo con dos para frotar mis dientes, pero me detengo ya que se trata de unidades de medición infinitamente más complejas que los minutos-modorra, que vienen siendo los minutos-modorra -modorra, cosa distinta, y mucho, dios, odio llegar tarde, así se trate de un fusilamiento en el que hay que estar, ni modo viejo, son atavismos. Y escribo el mensaje: en diez minutos llego, y cumplo. Ahí está Bolton. Nos saludamos, me instalo en la mesa, los cafés pues humean, y ese protocolo de amigos que se encuentran y desencuentran en los mil poros de la ciudad, qué bonito quedó el sito, ó: es espantoso, qué buenas nalgas los de la chica, y qué tetas enormes, Arturo te manda saludos, na-na-ní y na-na-ná, etcétera. Y va y de golpe se acerca un poco y me dice confidente, pero en tono un poco alto como de ola que rompe en la cara de la mesera que nos hace el refill de café, tono que descoloca la supuesta confidencia que uno ya espera, pero te quedas en las manos con la confesión de crimen, que raro:
- me cogi a Irene.
Y viene toda la sopa, los detalles, que la vió en la ciclo vía el domingo, que el iba en bicicleta y la vio venir y todo…
-corría hacia mi, - me dijo - los dos en la misma dirección, pero sentido contrario, como siempre, como tantas veces, y me gritó Pablo! Doblé en mi bici, di varias vueltas en torno a ella como un tiburón, vamos a algún lado propuse, tú sabes, ya con malicia, vamos a mi depa, nos metemos a la cocina, ahí tengo una buena botella de shira, cómo nos gusta eh? la morra estaba tendida, hizo su plan, púm púm púm, ya estábamos en camino, ella dispuesta a todo brother.
-qué buena onda!
-En la mesa durante la comida, me levanté, la besé, acaricié su coño, tomamos vino, y la bese de nuevo, si? Me acercaba, como jugando, y la besaba, tomaba vino en sus labio, no? Comimos de lo lindo, bebimos y cojimos, yo le dije, no es buena idea, no te va a gustar, pero ya estaba en pelotas, un rapidin por los buenos tiempos, pendejadas después de diez meses. Al final le dije, Irene, tú y yo no somos nada.
Mientras decía esto, Bolton no parpadeó ni una sola vez, tragó saliva, la mesera, no sé su nombre, se alejó – Mira, tengo que irme, tengo una cena con la familia. Nos vemos luego, no yo invito, aquí está, incluye propina.
Entonces se para y se va. Yo hago como que me voy también, pero regreso al café, en realidad no tengo ganas de irme. Quiero ver de nuevo a la mesera que nos atendió. Me mirará con odio?. Ella sabe que yo sé que Bolton intentó saltar sobre de ella, en su depa, donde primero Lalo sí y luego Dany, y luego Bolton sí ó no, pero quizás, ya estaban en ello. Y esa confesión de Bolton de " me cojí a Irene" la ha soltado yo sé, para ella, cuando nos hacia el reffil. Qué buenas tetas, eh Bolton? Oye chica, no te pongas así, acércate más. Sé cómo jadeas, cómo insultas y cómo jadeas, solo somos un par de extraños…
De pronto me acuerdo de esa canción de Calamaro, Tercio de los Sueños… Es tarde? ó es temprano? Y pienso por qué envejece la gente, y todas las cosas y las ciudades.
También a veces yo siento que me hago viejo muy rápidamente, desde que dejé colgados mis años salvajes, de un clavo en tu frente. Y así, por el estilo, secula seculorum.
August 09, 2006

1 Comments:

At 11 de julio de 2007, 5:56 p.m., Blogger yolcos oca alias wasiuska said...

Esta es una historia absolutamente real. No he cambiado nada. Y no lo siento Pablo, y no lo siento Nene. Gracias por toparse conmigo de vez en cuando, gracias por auyentar de mi vida las fuerzas oscuras una y otra vez.

 

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