la cueva eléctrica: 27/04/08 - 04/05/08

la cueva eléctrica

Llegaste? Escucha la trama salvaje y civilizada de nuestra ciudad-teclado. La cueva eléctrica...

sábado, mayo 03, 2008

A dónde conduces desesperanza?

El dolor está aquí. Cómo evitarlo? En el bajo vientre, es una cinta ancha que rodea el abdomen, la espalda baja. Hay que descargar el vientre sin pudor, llenar los pulmones de aire y arrojar las aguas mayores. No sé por qué pienso ahora en una embarcación que cruza el Delawer, cañones y una bandera izada con barras y estrellas. Una mujer hace el aseo, mete el ruido de una escoba en los cubículos. Ella debe tener el rostro ajado, y claro que sabe que del cielo no lloverá mermelada y que todos los empleadores son unos perros. El dolor está ahí, en mi vientre, como una magnolia que florece. No hay alivio. Su belleza es terrible, pone a temblar mi carne. Todo este lugar es viejo, sórdido, asfixiante. Pienso que soy una vaca. Pienso que cruzo un pasillo cubierto de nieve, en el umbral del bobo edificio de la desesperanza.
Pienso que vago en una aldea neolítica, cuando no conocíamos los metales, pienso en extensiones enormes de gramíneas esperando a ser domesticadas, pienso en la sangre salvaje que todavía nos hace aullar a la luna durante las noches de mayo, pero el dolor no cesa, está ahí. Escucho el accionar de los fluxómetros, alguna tapa que golpea un retrete, herrajes que se mueven, puertas que se abren, intestinos que se alivian, gargantas que lanzan gargajos, la humanidad que lucha y se pudre. El bobo edificio de la deseperanza, la inútil nieve.
De pronto escucho un vacío, un silencio fingido, el aire blanco de las sombras. Alguien al lado de mi mampara, gotea, con mucha pena, gotea entre murmullos y noto que el silencio no existe, es solamente un simulacro estúpido. Hay que tirar el escombro, hay que demoler las viejas habitaciones y nivelar los cascotes para levantar nuevas paredes, hay que levantar la ciudad sobre los hombros caídos de las viejas casas, airear los patios, llenarlos de sol y de luna y estrellas, de zumbidos eléctricos. Huele a zumbido eléctrico, a balastro quemado, el amargo olor de la piel de las lámparas. Yo sigo pensando en Ur, en Babel y Jericó, pero el dolor no termina.

Ayer al despertar, yo era una ciudad.

Te miraba a ti, tendida a mi lado, y tu misma eras parte de mis murallas, de mis campos, de mi ciudadela en donde tenía un Temenos y donde la gente adoraba a los dioses que se guardaban detrás de las puertas. Al despertar, yo era una ciudad sobre colinas, en una meseta larga, y tu eras parte de los campos, y yo te araba con muchos carros de bronce tirados por bueyes blancos, pero tú estaba ahí, todavía dormida en la cama, y yo sabía que tu nombre estaba grabado en todas las puertas de todas las casas de todos los barrios, y tu piel era también las piedras de las calzadas y la tierra de los caminos y que tus ojos eran las brazas de todas las hogueras en donde se hacían el pan y las espadas. Al despertar fui caminando a la ventana y supe que esa ventana eran también mis ojos y los tuyos y yo era los techos de las casas y los pájaros pero también, no se cómo, tus manos en el principio del bosque que me rodeaba. Yo ya no supe qué era más, si la ciudad ó el bosque, y los campos más allá de nosotros dos que éramos todos los hombre y mujeres que construían más ladrillos para los muros.
Ayer al despertar, yo era una ciudad, y no recordaba mi nombre y me dijiste no importa ponte uno nuevo. A dónde conduces, desesperanza, inútil nieve?

Luego, al final, la risa.

Si pudiera detener el tiempo, comprimirlo en un archivo emepege, lo haría bailar en mis manos y entonces podrías tener el bebé que tu quieres, o tejerías de nuevo el manto de tus pretendientes o hilarías muchos caminos a Roma y Constantinopla y te pondrías de nuevo faldas cortas y alpargatas, collares con cuentas de cristal y unas pulseras de cobre para bailar en la tarde con Kali ( es buena madre) y yo pretendiendo tocar el interior de tu piel, escucharía la trompeta de Louis Armstrong y esperaría la primera señal del Big Crounch, por que como que haces voz de espantapájaros y dices algo de un gato con pies de trapo,y a todo dices que sí, y te das otra vuelta con tu vestido, el amarillo, para que Fidias termine de golpear el mármol en el que imita tu rostro, y nos da mucha, mucha risa, ya ves que Isis es taaaaan celosa.

a href="http://whos.amung.us/show/mpzmxlgl">website counter